sábado, 17 de noviembre de 2012

Groucho y yo. Groucho Marx





Groucho Marx
Curioso es como el tiempo, en incesante espiral, nos devuelve a parajes que ya creíamos conocidos, e incluso agotados, sorprendiéndonos de que descubramos personajes e historias de los que podemos aprender y mejorar nuestra visión del mundo y de nosotros mismos. 
Aunque parezca increíble en los tiempos que corren, gracias a mis hijos, fans incondicionales, hemos redescubierto la obra cinematográfica de los Hermanos Marx. Aunque habían estado presentes en mi infancia, los recordaba con más pena que gloria. 
Ha sido en estos turbulentos tiempos, al volver a ver sus películas, cuando he sido consciente del importante mensaje que, vestido de un humor incomparable, nos hacen llegar esta familia de  inigualables cómicos. El histrionismo, la locura, el desorden extremo que impregna sus películas no son mas que la fachada de un escepticismo vital, de una crítica ácida hacia todo lo establecido que nos brinda la oportunidad de ver con una perspectiva distinta, más sana y heterodoxa, la realidad que nos ha tocado vivir. Todo, absolutamente todo, puede ponerse en tela de juicio, y los convenios establecidos no son mas que amarres en los que los  poderosos anclan sus privilegios.
Una tarde libresca cayó en mis manos el volumen de las "memorias" de Groucho y, tras disfrutar con su lectura, no puedo por menos que recomendarlo. Obviamente nos ayuda a conocer el otro yo del genial cómico, ¿o no?, ya que a veces es difícil diferenciar al cómico que actúa del que vive,  seguramente son el mismo; a la vez que nos introduce en una acerada crítica de la sociedad norteamericana, y, especialmente iluminada, del mundo de la farándula holywoodiense. Una reflexión atemporal acerca de las relaciones humanas y de cómo enfrentarlas desde una óptica de optimismo vital y de sano escepticismo.