jueves, 25 de febrero de 2010

Las muy ricas horas del duque de Berry

Chantilly. Museo Condé, Ms 65, 294x218 cm, 206 hojas, 131 miniaturas, 300 capitulares doradas, 1800 molduras doradas.
Libro de horas. Oraciones y devociones para laicos.
Se trata probablemente del manuscrito más excepcional del Renacimiento. Fué encargado por el duque Jean de Berry en 1413 a los hermanos Limbourg, pintores de la corte del duque. Pol, Herman y Jean habían ocupado el puesto de pintores de la corte que había dejado vacante Jaquemart de Hesdin. Los tres hermanos fueron víctimas de una epidemia de peste en 1416, que también acabo con la vida de su benefactor a la edad de 76 años, dejando inconclusa su obra.
En la tasación de los bienes del duque, el manuscrito fue valorado en 500 libras.
En 1485, el manuscrito, aun sin encuadernar, paso a ser propiedad del duque Carlos I de Saboya y de su esposa Blanca de Montferrat, quienes encargaron la continuación de la obra al gran maestro Jean Colombe, quien la terminó en 1489.
A la muerte de Carlos I de Saboya el manuscrito paso a ser propiedad de Filiberto II de Saboya y de su esposa Margarita de Austria, gobernadora de los Paises Bajos. En 1523 el manuscrito se encontraba en la biblioteca de la corte en Malinas.
A continuación, el manuscrito pasó a manos de Jean Ruffaut, señor de Neufville y tesorero del emperador Carlos V.
Posteriormente paso a pertecer a la biblioteca de la familia Spínola, quien le dio la encauadernación actual en tafilete rojo con las armas de la familia.
Luego pasó a la biblioteca del Marchesi da Serra en Génova quién lo legó al barón Félix de Margherita.
En 1856 fue adquirido por el duque de Aumale por 18.000 francos y alojado en la biblioteca que construyó en el castillo de Chantilly.
Imágenes del manuscrito
http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Tr%C3%A8s_Riches_Heures_du_Duc_de_Berry




2 comentarios:

  1. Carlos .
    Un manuscrito verdaderamente excepcional.
    ¡Si pudiera subastarse nos quedaríamos sorprendidos!.
    Saludos

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  2. Tiene usted toda la razón. No obstante para los mortales hay un casi-original de Moleiro que quita el hipo.
    Saludos

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