sábado, 8 de octubre de 2011

¿ Qué leer ?

Aunque a primera vista pueda parecer que la respuesta a esta escueta pregunta, a la que enfrento cada vez que contemplo los coloreados anaqueles de mi biblioteca, o cuando visito una biblioteca, o me pierdo en alguna de mis librerías favoritas,  es sencilla, una reflexión mas calmada nos conduce a descubrir que se trata de un tema de una complejidad ciertamente endiablada.

Es cuestión previa a la planteada la de por qué leer, cuál es la causa que subyace a la motivación lectora. Probablemente las causas aducidas son tan variadas como los lectores a los que podríamos inquirir. Dejando a parte las causas de la no lectura por las que podríamos cuestionar a los no lectores. Las respuestas más habituales podrían ser: para matar el tiempo en el Cercanías, porque me obliga mi madre, por moda, para aprender, por gusto, etc., sin fin es la variedad de causas lectoras.
En lo que a mi concierne, creo que se trata de una pulsión a caballo entre una irrefrenable curiosidad por casi cualquier tema y un placer sensitivo emanado directamente del contacto con el libro físico.

Una vez establecida esta importante cuestión podemos pasar a la cuestión principal que ha inspirado esta reflexión.
A pesar de que mi irrefrenable curiosidad abarca los más amplios temas, por el motivo puramente práctico de finitud vital, me veo obligado a limitarla a un puñado de temas cuidadosamente seleccionados y que, con el objeto de dar cumplida satisfacción a la segunda cuestión, se imbrican a lo largo del escueto tiempo que a lo largo de las semanas puedo dedicar a la lectura.
Finalmente tras diversas tentativas mi programa de lectura ha quedado establecido como sigue:
  • El lunes, día que da comienzo a la semana, que mira fijamente hacia el futuro está dedicado a la Ciencia, en estos momentos leo  "El tejido del espacio" de Brian Greene.
  • El martes, día dedicado al dios de la guerra, conviene no olvidar que el presente se encarama sobre un pasado de violencia y sufrimiento, la Historia nos ayuda a reflexionar sobre los errores pasados para ayudarnos a no repetirlos. Actualmente la obra "La España Musulmana" de Claudio Sánchez-Albornoz ocupa mi mesilla de noche.
  • El miércoles, meridiano día de la semana, es conveniente hacer un alto para reflexionar lo andado y afrontar el resto del camino, por ello es conveniente dedicar este día a la Filosofía. Los "Ensayos escépticos" de Bertrand Russell ocupan mi momento de reflexión.
  • El jueves, ya atisbamos el final de la semana y es momento de hacer planes para el paréntesis semanal, por ello, conocer la vida de otros es saludable y didáctico resultando conveniente dedicarlo a leer Memorias y Biografías. Las "Memorias de Ultratumba" de Chateaubriand se abren ante mis ojos como la que es probablemente una de las vidas más peculiares que hayan podido vivirse.
  • El viernes, para mi el mejor día de la semana, en el que recuperamos el dominio de nuestro tiempo, la Literatura se perfila como puerta a otros mundos y épocas donde soñar y sentir, donde poder ser aventurero, padre, madre, hijo, abuelo, maestro, alumno, sin siquiera levantarnos de nuestro sillón favorito. La inmortal obra proustiana ocupa, y por largo tiempo, mis viernes lectores.
  • Por último, el fin de semana se abre desconocido al asueto, al descanso, a la aventura, por ello soy de la opinión de no fijar ningún tema en particular y utilizarlo como comodín para finalizar alguna lectura que en la semana quedo suspensa, o para dar continuidad al relato comenzado el viernes, o para, tras reposada visita a la biblioteca o a la librería, dar comienzo a una nueva aventura lectora.
Obviamente esta dominical reflexión no pretende establecer ningún cánon, ni siquiera ser una recomendación, simplemente he querido compartir con los lectores de este blog un aspecto más de mi actividad lectora, que si a alguien le es útil, acrecentará mi felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario